Desde el suelo a la solidaridad

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La agroecología —la integración de principios ecológicos en los sistemas y prácticas agrícolas— es una práctica profundamente espiritual para Kelmadis Pérez Rivera, la fundadora de Finca Eirene, una finca agroecológica gestionada por una mujer en la zona rural de Toa Alta (Puerto Rico).

«Esos son los momentos de mayor oración para mí cuando estoy plantando. Oro por esa semilla», dice.

En Puerto Rico, una isla del Caribe con una rica flora y fauna que en tiempos pasados tuvo una industria agrícola vibrante, los agricultores como Pérez Rivera afrontan desafíos profundamente arraigados en la historia colonial y el clima cambiante de la isla.

Desde los siglos de dominio colonial español hasta convertirse en territorio estadounidense en 1898, el sistema alimentario local de Puerto Rico se ha visto afectado por el impulso colonial a los monocultivos, destinados a la exportación, como el café y la caña de azúcar. Esto redujo la independencia y sostenibilidad de las granjas y comunidades locales, y aumentó la dependencia de Puerto Rico de EE. UU. para las importaciones y la seguridad alimentaria.

El CCM y los menonitas han tenido un impacto en la isla de Puerto Rico desde la década de 1930 a través de la atención médica, la educación, la construcción de comunidades y la respuesta ante desastres. Hoy en día, el CCM está caminando junto con los agricultores locales en Puerto Rico, incluida Pérez Rivera. En su pequeña finca de 2 acres, ella busca el desarrollo comunitario orientado a la alimentación y la adaptación a las cambiantes condiciones climáticas utilizando métodos agroecológicos.
 

«Tomé ‘eirene’ del griego del Nuevo Testamento, que suele traducirse como la palabra ‘paz’ —explica Pérez Rivera—. Es una paz que incluye equilibrio, una armonía en los aspectos sociales, económicos, políticos y naturales. Es un bienestar total de todo». 

Cuando adquirió sus 2 acres de tierra en noviembre del 2023, la gente pensó que talaría el bosque y pondría a trabajar la tierra de inmediato. Sin embargo, adoptó un enfoque diferente.

Pérez vigila lo que crece e intenta alterar lo menos posible la tierra al plantar. En Finca Eirene, los árboles protegen el suelo y favorecen la infiltración del agua, las gallinas vagan libremente para controlar las malezas y las plagas, y Pérez Rivera elabora su propia composta y mantillo con árboles caídos y recortes de hierba.

Pérez Rivera promueve el cuidado del ecosistema y trabaja para reconectar a las personas con la tierra y los alimentos. Dice: «En agroecología, animamos a mantener ese cuidado constante y a involucrar a la gente».

Ella hace hincapié en la importancia de cultivar y compartir alimentos locales para mantener el bienestar, en lugar de depender únicamente de los supermercados y los alimentos importados.
 

Con una ayuda del CCM, Finca Eirene tiene previsto construir un invernadero con un sistema de recolección de aguas pluviales este mismo año. El invernadero permitirá cultivar tomates, coles, albahaca, cebollas, zanahorias, jengibre y caléndulas durante todo el año, lo que aumentará su producción y el acceso de su comunidad a alimentos cultivados localmente. El sistema de recolección de 600 galones de agua de lluvia ayudará a cubrir las necesidades de la granja durante los periodos de sequía.

Jean Carlos Arce, coordinador del programa de Puerto Rico para MCC East Coast, afirma: «Nuestro apoyo a Finca Eirene les permitirá reunir a la comunidad en un proyecto que les ayudará a afrontar adecuadamente las condiciones siempre cambiantes de la isla».

Pérez Rivera planea invitar a agricultores agroecológicos jóvenes o principiantes para que ayuden a construir el invernadero y parte del sistema de recolección de aguas pluviales. «Cada vez hay más jóvenes que vuelven a la agricultura», afirma. Este proyecto les ayudará a desarrollar sus conocimientos y habilidades en agroecología, ya que el clima de Puerto Rico trae olas de calor más intensas y huracanes frecuentes e intensos.

Los efectos del cambio climático son evidentes para Pérez Rivera y los agricultores locales, quienes experimentan alertas por calor excesivo y lluvias inusuales. Dice: «No recuerdo estas temperaturas en Puerto Rico, ni siquiera en los veranos más calurosos».

Mientras Pérez Rivera se adapta a estos nuevos patrones climáticos, explica: «Debemos tener mucho cuidado cómo se siembra para evitar la erosión del suelo, por eso me centro más en la agrosilvicultura y la agroecología. Me permite cuidar mejor la tierra».

La fe en Dios de Pérez Rivera es la inspiración de sus prácticas agroecológicas. Reflexiona: «Los cielos cuentan la gloria de Dios en todo momento. Para mí, cada día es despertar a la bondad de Dios y recordar ese mandamiento del Génesis de cuidar la tierra».

A través de asociaciones con organizaciones como Finca Eirene, el CCM está respondiendo a las necesidades básicas de alimentos y de la comunidad de personas en Puerto Rico que enfrentan luchas causadas por siglos de colonización y la creciente intensidad de nuestro clima cambiante.

En todo nuestro trabajo, en Puerto Rico y más allá, el CCM visualiza comunidades en todo el mundo en una relación correcta con Dios, los unos con los otros y con la creación.

La restauración ecológica en el campus Welcoming Place del CCM en Akron, Pensilvania, tiene como objetivo la transición del 70% de todo el campus a especies de plantas autóctonas. Como resultado, el personal, los visitantes y los miembros de la comunidad local están tomando conciencia de la biodiversidad y del paisajismo autóctono como una forma de cuidar la creación de Dios.

En todo el mundo, los socios del CCM trabajan para ayudar a la gente a adaptarse a los retos del cambio climático. En Ruanda, por ejemplo, la Red para la Paz y el Desarrollo (PDN, por sus siglas en inglés), asociada al CCM, aborda la inseguridad alimentaria y los retos climáticos a través de la agricultura de conservación, que incluye la labranza mínima, el acolchado y la rotación de cultivos. Estas técnicas restauran la salud del suelo y aumentan el rendimiento de las cosechas para los agricultores, además de ayudar a las comunidades a encontrar la estabilidad en medio de la incertidumbre que conlleva el cambio climático.  

El cambio climático está empeorando aún más las situaciones difíciles de agricultores como Pérez Rivera y de comunidades vulnerables de todo el mundo. El CCM anima a sus simpatizantes estadounidenses y canadienses a emprender acciones de incidencia política para abordar las causas profundas del cambio climático a través de nuestra campaña Acción Climática por la Paz. Visite ClimateActionForPeace.com para aprender más y tomar acción.